Hoy reflexiono sobre los años que pasé inmersa en la Licenciatura en Arquitectura de Interiores en la Universidad. Como Ana Martínez, decidí embarcarme en este camino porque desde pequeña he sentido una fascinación por la creación de espacios que no solo sean funcionales, sino también estéticamente agradables y emocionalmente resonantes.
La Licenciatura en Arquitectura de Interiores no solo cumplió mis expectativas, sino que las superó con creces. Durante mis estudios, aprendí no solo los fundamentos técnicos y teóricos de la disciplina, sino también desarrollé una sensibilidad especial hacia la relación entre el espacio y quienes lo habitan. Cada proyecto fue una oportunidad para explorar nuevas ideas, experimentar con materiales y colores, y desafiarme a mí misma para encontrar soluciones innovadoras.
Una de las cosas que más valoro de mi experiencia en la escuela fue la cercanía y la dedicación de los profesores. Cada uno de ellos no solo compartía su profundo conocimiento y experiencia en el campo, sino que también actuaban como mentores que me guiaron a través de los altibajos del aprendizaje. Sus críticas constructivas y sus consejos siempre fueron fundamentales para mi crecimiento académico y profesional.
Pero más allá de los conocimientos técnicos, la Licenciatura en Arquitectura de Interiores me enseñó lecciones valiosas sobre la importancia del diseño centrado en las personas y el impacto que puede tener un espacio bien diseñado en la calidad de vida de quienes lo utilizan. Aprendí a pensar de manera creativa y a considerar cada detalle como una oportunidad para mejorar la experiencia humana a través del diseño.
Al finalizar mis estudios, me siento preparada para enfrentar los desafíos del mundo profesional. La Licenciatura en Arquitectura de Interiores no solo me proporcionó las habilidades técnicas y creativas necesarias, sino que también me dio la confianza para seguir explorando y creciendo en mi carrera.
Recomendaría la Licenciatura en Arquitectura de Interiores a cualquiera que comparta mi pasión por el diseño y la creación de espacios. La experiencia en la escuela no solo fue educativa, sino también inspiradora y transformadora. Estoy agradecida por haber tenido la oportunidad de estudiar en una institución que valora la excelencia académica y el desarrollo personal de sus estudiantes.
Para aquellos que están considerando estudiar Arquitectura de Interiores, les animo a dar el paso. Encontrarán en esta carrera una plataforma para expresar su creatividad y hacer una diferencia significativa en el entorno construido que nos rodea.